El gran acontecimiento que marca el año 1924 en la vida y en la obra de Fernando Pessoa es la fundación y el inicio de la publicación de Athena, revista de arte, codirigida por el propio Pessoa. Se trata, de hecho, del acontecimiento “pessoano” más importante de este periodo, tanto desde el punto de vista biográfico, como intelectual y estético. Antes de abordar, a modo de introducción y de forma sucinta, los inicios de la revista Athena, convendría aportar algunos datos biográficos más: en primer lugar, recordar que, en 1924, Pessoa ya llevaba un tiempo viviendo en la Rua Coelho da Rocha nº 16, donde hoy en día se encuentra la Casa Fernando Pessoa; además, también conviene recordar que, en los años inmediatamente anteriores, Pessoa se había entregado a la creación y al desarrollo de la editorial Olisipo.

La revista Athena

Codirigida por Fernando Pessoa (director literario) y el artista gráfico Luiz Vaz (director artístico), Athena, revista de arte fue una publicación periódica que se editó entre 1924 y 1925, y que contó con cinco números. Se trata de la segunda revista (co)dirigida por Pessoa, después de Orpheu en 1915. Ambas revistas constituyen publicaciones fundamentales en la historia del Modernismo en Portugal, del cual Pessoa es uno de los principales protagonistas. Ambas tienen nombres inspirados en la mitología griega y, en este contexto, Atenas (Athena) se considera la “divinidad” de la sabiduría y de la estrategia (y, por tanto, también de la guerra). Sin duda es el primer sentido el que más atrajo a Pessoa, que a lo largo de su vida consideró siempre la cultura griega como la verdadera esencia y la cuna de la cultura más excelsa a escala universal.

Importa señalar que fue en la revista Athena donde Pessoa hizo debutar a dos de sus tres heterónimos (o heterónimos “principales”), es decir, Ricardo Reis y Alberto Caeiro. Esto ocurrió unos nueve años después de la publicación de los primeros poemas de Álvaro de Campos, en la citada revista Orpheu. Hubo que esperar hasta 1929, otros cinco años después, para que el semiheterónimo Bernardo Soares hiciera su debut público, como autor de fragmentos del Libro del desasosiego (en A Revista). Ya solo por este motivo, entre otros, Athena merece una mención especial entre las iniciativas editoriales de Fernando Pessoa, ya que esta revista desempeñó un papel decisivo en el desarrollo público de lo que el autor lisboeta denominaba su «heteronimismo», es decir, su heteronimia. A este respecto, cabe señalar también que, en Athena, también publicó varios escritos el propio Pessoa ortónimo.

Como señala el estudioso de Pessoa Fernando Cabral Martins, la idea de Athena existía en los proyectos de Pessoa desde finales de la década de 1910 y esta revista debía, en su plan inicial, representar un órgano de una de las vertientes del pensamiento y de la acción cultural de Pessoa, a saber, el Neopaganismo. Con esta palabra, Pessoa designa generalmente a un proyecto cultural de refundación del paganismo griego antiguo (o mejor dicho, de la mentalidad pagana) en los tiempos modernos. Este proyecto mantuvo ocupado a Pessoa durante años y abarcó las obras de Pessoa ortónimo, de los tres heterónimos “principales” y del autor ficticio António Mora.

Además de poseer un altísimo valor literario, la revista Athena contaba también con un importante componente vinculado a las artes plásticas y a la arquitectura, bajo la (co)dirección del ya mencionado Ruy Vaz. En ese sentido, cabe destacar, entre otros, la colaboración de otro gran escritor y artista de Orpheu, Almada Negreiros.

El debut de Ricardo Reis

En octubre de 1924, el heterónimo neopagano y clasicista Ricardo Reis debutó públicamente en el primer número de Athena, con la publicación de un conjunto de veinte «Odas». He aquí una de ellas, la n.º 9 (p. 21), escrita por Pessoa más de diez años antes, el 12 de junio de 1924:

Coronadme de rosas,
Coronadme de verdad
        De rosas —
¡Rosas que se apagan
Frente a mí, apagándose
        Tan pronto!—.
Coronadme de rosas
Y de hojas breves.
        Y basta.

Álvaro de Campos y Athena

En diciembre de 1924, Pessoa publicó, en el segundo número de Athena, el texto del heterónimo modernista Álvaro de Campos titulado «Qué es la metafísica» (pp. 59-62). Se trata de un texto paradigmático de las dimensiones más críticas, irónicas y plurales de la heteronimia de Fernando Pessoa, ya que, en esta prosa, Álvaro de Campos discrepa del propio Pessoa ortónimo. Esto resulta evidente desde el incipit del texto:

«En opinión de Fernando Pessoa, expresada en el ensayo «Athena», la filosofía —esto es, la metafísica— no es una ciencia, sino un arte. No creo que así sea. Me parece que Fernando Pessoa confunde lo que el arte es con lo que la ciencia no es. Ahora bien, lo que no es ciencia, no por eso es necesariamente arte; es simplemente no-ciencia. Piensa Fernando Pessoa, naturalmente, que como la metafísica no llega, ni aparentemente puede llegar, a una conclusión verificable, no es una ciencia. Olvida que lo que define una actividad es su fin; y el fin de la metafísica es idéntico al de la ciencia: conocer hechos, y no al del arte: sustituir hechos.»

Aquí Álvaro de Campos dialoga directamente con Pessoa ortónimo, quien, en el primer número de la revista, ya en el texto introductorio titulado Athena (pp. 5-8), había escrito:

«Tiene dos formas, o modos lo que llamamos cultura. No es la cultura sino el perfeccionamiento subjetivo de la vida. Ese perfeccionamiento es directo o indirecto; al primero se lo llama arte, al segundo ciencia. Por el arte nos perfeccionamos a nosotros mismos; por la ciencia perfeccionamos en nosotros nuestro concepto, o ilusión, del mundo. […]

[…] Las artes que por naturaleza suministran tal perfeccionamiento son las artes superiores abstractas: la música y la literatura, e incluso la filosofía, que abusivamente se coloca entre las ciencias, como si ella fuera más que el ejercicio del espíritu en figurarse mundos imposibles.»

La dimensión filosófica y estética de la revista Athenas revela así la “doble” naturaleza de Fernando Pessoa —literaria y filosófica—, a la que él mismo se refirió en un poema de 1931, cuando dijo «¡Soy poeta y pensador!».

Fabrizio Boscaglia

Textos citados y no relacionados con un enlace ya proporcionado:
Fernando Pessoa, Poemas de Fernando Pessoa 1931-1933, Edição de Ivo Castro, Edição Crítica de Fernando Pessoa, Série Maior, vol. I, t. IV, Lisboa, Imprensa Nacional-Casa Da Moeda, 2004, p. 184.

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