El 13 de junio de 1925, Fernando Pessoa cumplió 37 años. Ya en la madurez de su actividad literaria, el poeta e intelectual lisboeta estaba inmerso, a mediados de la década de 1920, en una efervescente actividad de publicación de sus heterónimos, sobre todo a través de la revista Athena, una revista de arte mensual, que codirigió desde su fundación el año anterior. 1925 fue, para Pessoa, un año de creatividad y debuts, pero también de pérdidas y despedidas. Todo ello constituyó, sin duda, uno de los momentos más decisivos de su vida y obra.
Despedidas
1925 estuvo marcado por dos pérdidas importantes en la vida de Fernando Pessoa. La más significativa, ciertamente, fue el fallecimiento de la madre del poeta, Maria Madalena Pinheiro Noguera (nacida en 1861), que dejó la vida terrenal el 17 de marzo de 1925. Había vivido desde 1920 con su hijo y una parte de la familia en la calle Coelho da Rocha, n.º 16, en Lisboa, donde hoy se encuentra la Casa Fernando Pessoa. Casi treinta años antes de sufrir ese luto, en julio de 1895, Fernando Pessoa tenía siete años cuando dedicó a su madre los que son considerados los primeros versos poéticos de su vida. Ellos revelan el cariño y el afecto por su madre que, en realidad, Pessoa llevó siempre en su interior.
A mi querida mamá
Aquí estoy en Portugal
En la tierra en que nací
Por mucho que la quiera
Aún más te quiero a ti.

Otra pérdida importante en la vida del poeta fue el fallecimiento del general Henrique Rosa, hermano de João Miguel Rosa, es decir, del padrastro de Pessoa. Durante su adolescencia y juventud, Pessoa había establecido con Henrique Rosa una relación de amistad y una afinidad intelectual. Se trata, de hecho, de una de las figuras que más influencia tuvieron, tanto a nivel literario como en cuanto al ideario político (entre otras cosas anticlerical y antimonárquico), en la biografía intelectual y en la formación del joven Pessoa. Henrique Rosa, nacido en 1850, falleció el 8 de febrero de 1925.

(fuente de la imagen: BNP)
El debut de Alberto Caeiro
A principios de 1925, se estrena uno de los heterónimos de Fernando Pessoa, concretamente el de Alberto Caeiro. Fernando Pessoa publica 23 poemas de este alter ego, particularmente de la obra El guardador de rebaños (título original: O Guardador de Rebanhos), en el cuarto número de la revista Athena, revista de arte, codirigida por el propio Pessoa y fundada en 1924. En el «sistema» o «teatro» de los heterónimos de Pessoa, Caeiro es el heterónimo poeta de la naturaleza, «maestro» de los otros heterónimos Álvaro de Campos y Ricardo Reis, del propio Pessoa ortónimo e incluso de otro autor ficticio, António Mora.

(fuente de la imagen: Revista de Ideias)
En el número siguiente de la revista Athena, se publican 16 poemas de los Poemas inconjuntos, aún con «autoría» de Alberto Caeiro.

(fuente de la imagen: Revista de Ideias)
Campos «filósofo», Pessoa «inventor»
La revista Athena es también el contexto literario y cultural en el que se manifiesta la vena más filosófica de otro heterónimo, el de Álvaro de Campos, que entre finales de 1924 e inicios de 1925 publica, en dos partes, el ensayo «Apuntes para una estética no aristotélica», en el que se discuten temas de filosofía estética y de filosofía del arte.

(fuente de la imagen: Revista de Ideias)
En 1925 Pessoa no publica textos firmados por sí mismo. Desde el punto de vista biográfico, merece destacarse la invención que Pessoa hace de un Anuário Comercial Sintético, algo parecido a las Páginas amarillas, que tenía el objetivo de ofrecer información sobre empresas europeas e incluía sus datos de contacto. En octubre de 1925, el poeta presenta una solicitud de patente por ello y se la conceden.
Fabrizio Boscaglia
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